miércoles, 9 de agosto de 2017

DON´T STOP BELIEVIN (Journey)

Tener hijos adolescentes es complicado y conectar con ellos a veces es un reto para mi. Por suerte lo hago a base de la paciencia que me falta en otros ámbitos de mi vida y de mucha empatía.
Desde siempre he tratado de que la música nos una, y efectivamente nos une, tenemos muchas conversaciones en las que ella está presente y escuchamos muchas canciones juntos, pero casi nunca del estilo que a mi me da la vida.

Este verano están viendo completa la serie Glee , muy de adolescentes, con mucha hormona revuelta, problemas en el instituto, amigos, sexo y todo aderezado con música, versiones y más versiones de todo tipo de estilos musicales.
Por eso cuando ayer escuché que les había gustado una canción y me dijeron el título, por poco me da un patatús, ¡a Julia le gustaba Don´t Stop Believin!!!!!!!por Dios, una de mis canciones preferidas. Me lo dijo en la calle y sin esperar llegar a casa saqué el móvil y busqué en Youtube a Journey y ahí estaba Steve Perry cantando una de las canciones que más he escuchado a lo largo de mi vida.

Y pensé en hacer esta entrada. ¿Qué una serie adolescente tiene más poder que yo para mostrarles el Rock o el AOR??? pues bienvenida sea, a mi mientras escuchen algo más que a Maluma ya me vale.

La canción de Journey es uno de los sencillos más vendidos de todos los tiempos en sus 36 años de trayectoria y una de las más descargadas en iTunes, un bombazo de canción del que se han aprovechado series y películas y por supuesto Glee debió ver en ella un filón por la de veces que la han cantado.

En el episodio piloto de la primera temporada



En la cuarta temporada



Y en el episodio 100




Pero para mi el original es imposible de imitar


lunes, 7 de agosto de 2017

EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES ( Hotel El Caballo Blanco en El Puerto de Santa María)

Hace muchos años, mi abuelo compró parte de la fábrica trenzadora de cáñamo de Tobarra. De pequeños nos íbamos toda la familia los sábados y los domingos a comer a la casa que en su época debía haber sido de los guardianes o jefes de la fábrica y para entretenernos jugábamos entre sus ruinas y sus naves abandonadas, inventábamos historias de misterio pasando de habitación en habitación, de nave en nave imaginando el trasiego de trabajadores y sus vidas que impregnaban las paredes de uno de los lugares que más riqueza dio a Tobarra.

La Trenzadora fue el principio de una especial atracción por los sitios abandonados, no solo por la belleza ruinosa y tétrica que los envuelve sino más bien por las historias que encierran y por las vidas que pasaron por ellos, me resultan irresistibles.

Hace un tiempo veía unas fotos del estado de abonado del Hospital Puerta de Hierro de Madrid  y me moría de ganas de poder entrar en él, de pasear por las habitaciones, de ver los aparatos ,la dejadez , yo misma escribí un post sobre La Estación de Trenes de Tobarra , sobre su estado de abandono desde hace lustros y sobre las historias que pasaron por ella, mientras la fotografiaba y estaba en el andén por mi cabeza pasaban los trenes de vapor, los trasiegos de maletas, las tristes despedidas y los reencuentros eufóricos.

Hace unos días un amigo me ensañaba su preciosa ciudad y en uno de los paseos llegamos a un hotel en ruinas y abandonado, me explicaba que en su época había sido el mejor de aquella zona, que había pasado gente importante, que había sido lugar de grandes fiestas donde al artisteo y la Jetset habían disfrutado de noches interminables. Una abertura en la valla que lo rodea hizo que ni nos acordáramos del allanamiento de morada y una vez dentro, y como una niña ilusionada con la mañana de Reyes hacia un repaso a las estancias como en la película Titanic, cambiando los espejos y ventanas rotas, el suelo de mármol ajado y la piscina resquebrajada por grandes días de vino y rosas , por noches de baile con hombres de traje y pajarita y mujeres de vestidos estampados, por teléfonos que no paran de sonar en recepción, por camareros con bandejas cargadas de champán y de Martinis y las habitaciones maltrechas por grandes historias de amor y desamor con noches interminables de sexo.

El hotel en cuestión era El Caballo Blanco del Puerto de Santa María. Inaugurado en 1962 tuvo varias décadas de esplendor hasta que en 2007 cerró “temporalmente” en espera de una remodelación y ampliación que nunca llegó, la crisis y seguro que una inversión desafortunada dejaron en la calle a 23 trabajadores y al hotel convertido en un fantasma a mercé de los vándalos.

La piscina en la actualidad

La piscina cuando estaba en activo

El pasillo de las habitaciones

Las casillas de las llaves


He dejado para el final  la foto que ha dado lugar a este post debido a un comentario de una amiga sobre la película El Crepúsculo de Los Dioses.
Con permiso de Billy Wilder en esta foto me siento como Norma Desmond en su mansión decrépita de Sunset Boulevard esperando el mejor plano de su vida.


Y por supuesto la canción tenía que ser esta, la tengo en la cabeza desde que entré a ese salón.



DIEZ AÑOS DE HISTORIA, DIEZ AÑOS DE HISTORIAS

Pues sí, el blog cumple hoy 10 años, una década que según como la mire me parece una eternidad o muy corta. 739 artículos, 1010 comentarios...