
Sin duda alguna el personaje estrella de este año del programa de José Mota ha sido La Vieja´l Visillo , no sólo por que lo haya bordao, sino porque además la ha dotado de todos lo ingredientes típicos manchegos que hacían que fuera tan creíble como que los mejores Miguelitos del mundo son de la Roda y para ajos los de Las Pedroñeras.
A lo mejor el humor manchego es un poco bestia, pero yo escucho a Mota y a veces es como yo misma sacando huevos de algo, eso sí, con la misma ironía pero yo con bastante menos gracia, gracia que hecho mucho en falta por que aquí en la Comunidad Valenciana la gracia la deben tener escondida por los armarios por que simpáticos son lo justico.
En una ciudad es más complicado darse cuenta de si a uno lo vigilan o no con afán cotilla, pero en Tobarra tengo miles de historias que contar del cotilleo en su estado puro, de cuando de adolescentes nos íbamos con las bicis y en cuanto nos parábamos en algún escalón notábamos ojos detrás de las persianas y orejas entre las puertas entornás, y no os quiero decir ná si con el que te sentabas en el escalón era un crío, entonces casi que notabas el aliento en el cogote de la/el que te estaba observando.
Pero el cotilleo se puede convertir en una enfermedad y seguro que hay gente que no puede vivir sin saber lo que se cuece en la olla del vecino, como la vieja de José Mota que parece una exageración pero que doy fe de que hay gente así.
Mis Chachas siempre han vivido en la calle del Parador de Tobarra. Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas, mi madre nos facturaba las tardes de verano casa de las Chachas y allí ellas nos entretenían enseñándonos a coser. La calle del Parador es pequeña y empinada, con casas viejas y las que se han ido rehabilitando se han convertido en casas de planta baja y un pisito ariba, con lo cual fue y sigue siendo una calle típica de pueblo en la que los vecinos son los mismos de toda la vida, actualmente, por desgracia, muchos han muerto, incluida mi adorada Chacha Tere, pero las tardes de verano aun conservan ese aire antiguo de estar sentados al fresco cada vecino en su puerta en las sillas de enea hablando, cosiendo, echando una zorrica....y cotilleando.
Mis Chachas tienen una vecina que debe ser en la que se inspiró Mota para su vieja. En cuanto la mujer escuchaba trasiego por la calle salía a la puerta. Está claro que eso no es raro, pero salir a la puerta más de treinta veces al día sí. Cuando creía que era demasiado escandalosa su salida, se veía como la persiana de la puerta se combaba por que estaba ella detrás husmeando, o como se veían tras el visillo de los cristales de la salita las falanges de una mano. Si escuchaba algo que le interesaba no tenía ninguna vergüenza de plantarse en la casa donde estaba la acción pidiendo sal, aceite o preguntando por alguna enfermedad pasada . No era raro encontrarla limpiando con el plumero ( sí con el plumero) los azulejos que revestían la fachada y quedarse así mientras duraba la conversación ajena, como si fuera normal estarle pasando el plumero durante media hora a la puerta de la calle.
Mi hermana y yo hemos llegado a cronometrar lo que tardaba en salir a la calle a escuchar más de cerca sin explicarnos cuando haría de comer o si le entraban ganas de mear a medio cotilleo qué haría o si dormiría por la noches o se asomaría a cada coche que pasara por la calle. La Chacha Asun que es bastante descarada le decía cada vez que salía a cotillear a la puerta .-"buenas tardes....¿te pasa algo?".- y ella disimulaba y se entraba para adentro, aunque segundos después veíamos como la cortina de la puerta volvía a combarse por que ya estaba ella detrás....le faltaba sólo la banda sonora.
Ahora la mujer está enferma y es muy mayor, seguro que lo pasará peor por no poder cotillear que por su enfermedad que le impide estar en la puerta todos los días, por que visto bien debe ser un calvario tener necesidad de saber todo lo de los demás por que la final de te debes olvidar de vivir tu propia vida.
Por todo esto cuando vi el personaje de Mota me entró nostalgia de todos estos años subiendo por la calle del Parador de Tobarra, y sobre todo ahora que mi Chacha Asun está ya muy mayor con sus 92 años. Las Viejas del Visillo están tan arraigadas en nuestros pueblos que el día que no haya una será que vamos camino de la extinción.