LA MUERTE DE LA PALOMA DE LA PAZ

Mi incultura me impide saber por qué los premios Nobel han ido alcanzando tanto prestigio y sobre todo fama. Por contra mi imaginación me dice que una buena campaña de marketing labrada durante muchos años y apoyada en la buena imagen del país donde se conceden, Suecia,  hayan hecho el gran camino a la gloria de los premiados.

Al fin y al cabo es una entidad privada la que suelta unos , bastantes euros,  a las personas que a ellos les da la gana, pero creo que la repercusión internacional de sus actos debe llevar también aparejada una responsabilidad que parece que dejaron en la calle el día que le dieron el Nobel de la Paz al Presidente de la nación que más muerte y desconcierto ha sembrado alrededor del mundo en los últimos años. No quiero pensar que el que Obama fuera negro y su elección como Presidente fuera un hito en un país donde el color de piel marca designios llevara a la confusión de las grandes cabezas pensantes que deben estar en ese jurado y pensaran que igualdad es sinónimo de paz, sobre todo cuando la igualdad no existe.

Hoy, cuando Obama sigue insistiendo en iniciar otra guerra, ¡ay perdón!, otra intervención militar controlada, contra otro país...¿no debería devolver el premio? o lo planteo de otra manera, ¿no debería la Academia Sueca pedírselo?

Si a esto le añadimos que el tal Nóbel se hizo rico gracias a una guerra , que en su nombre se conceda un premio a la Paz ya me da ganas de vomitar.

Lástima que no haya un batallón de "Palomas de la Paz" que los llenen a todos de mierda hasta los ojos.

¡Menudos dirigentes tenemos!!, da igual para dónde miremos, un desastre.