39

Hoy es mi cumpleaños, y siempre, mis cumpleaños, han despertado en mi un montón de sensaciones. El otro día hablaba con mi amiga Pili, que cumplió los años hace unas semanas y me decía que si con treinta y nueve tenía la crisis de los cuarenta es que algo no le funcionaba bien, ¡qué sabia Pili!. Y así estoy yo, que llegada esta edad me da por pensar en tonterías que ni siquiera me voy a molestar en contar.
Esta mañana al despertarnos todos en casa los chiquillos han venido a felicitarme y Julia me ha dicho ¿cuántos años cumples?, treinta y nueve, ¿y eso cuanto es?...A ver qué responde una teniendo en cuenta que ella tiene seis años y dice que es mayor...¡raro número el 39!.



Desde pequeña siempre he celebrado este día, más o menos, pero , salvo contadas excepciones, siempre. De estas cosas de celebraciones y días señalados ( santos, Reyes, fiestas varias...) se encargaba mi madre que creo que es la única persona que conozco, que sin agenda ni móvil ( no hay manera) se acuerda de todos los santos y cumples de toda su familia, pero de toda en el más amplio sentido de la palabra, y cada uno tiene su llamada correspondiente con felicitación y regalo, es una máquina para esas cosas...y claro, de pequeñas, mi hermana y yo siempre teníamos fiesta en casa ese día.

Las fiestas de los 70 y 80 en Tobarra consistían en sangüis de pan bimbo, por supuesto cortados en triángulos, y rellenos de foie gras, sobrasada o nocilla, y la famosa tarta de Moka ( no podía faltar en ningún cumpleaños) hecha con galletas maría o bizcochos de soletilla mojados en café con leche y cubiertos por una crema que se hacía con chocolate y nata.... y a correr todo el mundo por la casa, a jugar al escondite en los armarios y detrás de las puertas y a oir música en el cassette azul. Qué suerte que no hubiera ni Tele Pizza, ni Indiana Bill, ni Macdonals, ni... por que los ratos aquellos con todas las amigas por la casa son un recuerdo increíble.



Y seguí celebrándolo de mayor, en el piso de María Marín de Albacete con el barreño de cuerva encima de la mesa camilla del comedor ( barreño que era el mismo que utilizábamos para lavar a mano la ropa interior y que desinfectábamos con legía para la celebración, una guarrería que no importaba un pijo en edad estudiantil), y en la Estación, ya un poco más finos, con música y cubatas. Y sigo intentando celebrarlo por que mi cumple es de las pocas ocasiones en que nos reunimos todos o casi todos los amigos y eso creo que es un lujo del que disfrutamos, cada uno a su manera, pero todos.



Y claro, tanta fiesta en este día hace ,que en la distancia, eche un poco de menos algunos abrazos y algunos besos, y, por supuesto, los estirones de oreja de mi madre y mi hermana... pero igual estoy siempre contenta por todas las llamadas, y los sms,los mail..., hoy lo único que pretendo es acortar la distancia que tantas veces me ahoga ( esto lo vais a leer mucho) y ser agradecida con todos los que seguís haciendo que el 28 de Octubre sea un día especial, y dar las gracias por los regalos inesperados y de valor incalculable, las fiestas más cutres y más originales del mundo y por todos los que están que no son todos los que son...

(un guiño especial a mis dos primeros lectores, gracias por tanto cariño, que a veces me abruma)