VIVIR MI VIDA

Hace un momento hablando con Julia sobre una película por la que ella se ha interesado le he dicho, " esa la vi hace poco, no hará más de un año". Ella ha puesto cara de perpleja y me ha respondido : "¿un año es poco tiempo? ¡es muchísimo!!! aunque claro, como tú tienes 43 te deben pasar más deprisa que a mi...." Su perplejidad ha dado paso a la mía,"  Julia, casi 44, por eso hay que vivir la vida, el tiempo correo mucho", y cada una hemos vuelto a nuestras cosas, pero yo no he parado de pensar en el tiempo que pasa, en la vida y me he acordado de algunas cosas de ayer que llamaron mi atención.

Anoche estuve con un grupo de buenos amigos de cena en las fiestas de un pueblo de al lado de Castellón. Por aquí en todos los sitios las fiestas se reducen a calles llenas de barrotes y casales para que un pobre toro circule por ellas para diversión de la gente. A mi no me entra en la cabeza que alguien pueda divertirse viendo como sujetan a un animal con una soga, lo acorralan , lo inmovilizan decenas de personas contra un palo y le pone dos bolas de fuego en la cabeza para que luego vaya durante horas dando tumbos de calle en calle para terminar en un corral donde lo liquidan, .¡menuda fiesta!!!! ni se aproxima a lo que yo entiendo por pasarlo bien, es más, me repugna. Ese rato estuve todo el tiempo pensando que qué pintaba yo allí, qué manera de perder mi tiempo en algo que no me gustaba nada en vez de estar bailando. Vuelta al tiempo y la vida.

Menos mal que las fiestas a parte de estas salvajadas también son música pachanguera y pegadiza que anoche sólo puede escuchar a lo lejos . Como a mi me encanta la voz de Marc Anthony y esta canción fue la banda sonora de la velada torera, he decidido ponerla en el blog por que la letra me gusta mucho y por que termino diciendo lo que de el principio: hay que vivir la vida.
 A lo mejor una película, Julia, mis años, el toro embolado y Marc Anthony , juntos, no tiene mucho que ver pero en mi cabeza sí.

Yo lo que quería es que disfrutarais sin prejuicios de la canción,  por que un buen meneico nunca viene mal.