HOY AQUÍ, MAÑANA ALLÍ

Ayer mi hija vino muy apesadumbrada a casa porque en un examen le habían puesto menos nota de la que ella pensaba. Yo intenté consolarla pese a que la nota  era una que más de un compañero o de dos quisieran para ellos, pero para ella era el acabose.

No me resulta fácil ver como mis hijos pierden la inocencia, ver como sufren por cosas que , aunque a los mayores a veces nos parecen tontas, para ellos son tremendos dramas, los mismos que tuvimos hace treinta años, los mismos que tendrán sus hijos. No me gusta enseñarles ni que aprendan poco a poco que la vida tiene sinsabores, que se sufre y que te desilusiona, no me gusta. Y no es por que no me guste verlos crecer, que me encanta, no soy de esas que dice que ojalá se quedaran inmóviles con cinco o seis años, todo lo contrario, deseo que crezcan, pero como sé lo que es sufrir de lo lindo me cuesta que ellos tengan que pasar por ahí . Como contrapartida está mi amor y mi apoyo, pero a veces eso no me consuela.

¿Alguien nos puede preparar verdaderamente para el fracaso, la frustración y el dolor? yo creo que no, pero también creo que no sirve de nada ocultarlo, que hay que hacerle cara y cuanto antes mejor, con lo cual si hay que empezar con las notas se empieza con ellas, si hay que decir que la vida es bella también se dice, pero si le salen espinas , que le salen, se tiene que enseñar a que pinchen lo mínimo y a que no te hagan dar marcha atrás.

Hoy estoy trascendental , reflexiva, lo sé,  a lo mejor es por que los mayores tenemos días en los que nos hartamos de tanta espina.



Al post le hubiera pegado una canción tristonga, pero a mi me hace pensar más estas "emociones baratas" de Sia y el vídeo me encanta, vamos a por él: